Yucatan Living

Retiro de Genesis

Si dormir con una leyenda es algo que siempre has querido hacer (¡o incluso si no lo es!), entonces Genesis Retreat, un eco-oasis escondido en el interior de Yucatán en México, es tu taza de té herbal – o quizá una margarita de tamarindo recién preparada.

Una de las ocho acogedoras y únicas cabañas en un entorno seguro en Génesis es la Ixtabay, y en ella yace una historia legendaria. Una antigua leyenda maya advierte a los jóvenes que caminan de noche sobre un espíritu encantador que toma la forma de una bella mujer y los atrae hacia la muerte. El nombre de este espíritu semejante a una sirena es la Xtabay (se pronuncia Ish-ta-buy).

La propietaria/administradora Lee Christie, canadiense y ex periodista/editora que huyó de la vida agitada y fundó este santuario de paz, explica por qué tiene una cabaña llamada Ixtabay. Mientras Genesis se estaba construyendo, un carpintero se alojaba en esa habitación. Una noche reportó una visita de una mujer vestida de negro con el cabello largo y negro. Juró que no fue un sueño. Al día siguiente, un huésped en la cabaña contigua escuchó a una mujer gritar “¡preparar!” Después de eso, un chamán local realizó una ceremonia de purificación y la aparición nunca regresó. Sin embargo, la aparición es recordada con la habitación que lleva su nombre.

Lee ofrece la oportunidad de vivir una vida simple y satisfactoria, incluso si tiene que resumirse en unos pocos días durante unas cortas vacaciones lejos del ajetreo. Aquí, en el pueblo maya de Ek Balam (Jaguar Negro), a solo 300 metros del sitio arqueológico de clase mundial de Ek Balam, estamos fuera de lo común y en manos de una naturalista experimentada.

Hace ocho años, Lee, agotada por trabajar demasiado y a gran velocidad, dejó Calgary, Canadá, rumbo a México. Al fundar Génesis, esta mujer consciente ecológica y culturalmente ha transformado una hectárea de terreno pedregoso en un ecosistema equilibrado: un refugio exuberante de árboles y arbustos autóctonos que atraen aves tropicales hermosas. Como resultado, los mosquitos no son un problema aquí. Las aguas turquesa de la alberca natural están biofiltradas con un uso mínimo de químicos y se llenan aprovechando el sistema de agua subterránea prístina a 40 metros de profundidad.

En los programas que ofrece, Lee respeta las tradiciones de sus vecinos del pueblo y promueve el turismo sustentable. “El turismo de bajo impacto consiste en apoyar lo que ya funciona para la gente de aquí en lugar de introducir cambios a gran escala basados en normas culturales externas.” Puede organizar una visita para aprender a hacer tortillas de maíz a mano de forma tradicional. O visitar a las mujeres que tejen coloridas hamacas afuera de sus casas mayas. Mi esposo y yo elegimos ser purificados espiritualmente por una curandera maya que utilizó hierbas, entonaciones e incienso para limpiar nuestro ser interior. Caminando por el pueblo, fuimos recibidos por personas amables y sonrientes y niños curiosos y tímidos.

Las comidas que Lee y su pequeño equipo local preparan utilizan productos locales. Algunos de los muchos platillos sabrosos, como la lasaña y los omelets, incluyen el benéfico vegetal verde llamado chaya, que se utiliza de manera similar a la espinaca. La chaya era una planta favorita en los huertos de los antiguos mayas y se dice que tiene mejores cualidades nutricionales que el alimento favorito de Popeye. La chaya es especialmente rica en calcio, y su contenido de proteína, minerales, hierro y vitaminas supera al de la espinaca. Lee posee un rancho a unos kilómetros de distancia donde cultiva su propia chaya y otras hortalizas y cría gallinas para huevos, además de unas pocas vacas.

Y por si te lo preguntabas, puedo dar fe de la margarita de tamarindo. El personal de Génesis cocina, cuela y endulza la pulpa de la vaina de tamarindo para preparar una bebida distintiva y agridulce. La planta de tamarindo tiene cualidades tanto nutricionales como medicinales. Cuando se mezcla con tequila local 100% de agave y se sirve con un borde de chile dulce, el resultado es… ¡Ay caramba!

Posted By Yucatan Living Contributor