Fugas del algodoncillo

Fugas del algodoncillo

13 September 2021 Natural World 0

En mis días en Alemania, hacía ilustraciones botánicas para un grupo de investigadores que estudiaban la evolución y la taxonomía de una tribu poco conocida de enredaderas de la familia de las Asclepiadáceas. He encontrado dos miembros más del mismo grupo y los he identificado con fotografías.

El primero, fotografiado a finales de septiembre junto a un camino cerca de Sabacché, a unos 60 km al sureste de Mérida, es FUNASTRUM LINDENIANUM. Sus hojas y flores se muestran a continuación:

Un acercamiento de una de sus flores del tamaño de una moneda de cinco centavos viene después:

El segundo, que se ve con bastante frecuencia formando densos racimos enredados en el bosque alrededor de Yokdzonot, se muestra a continuación:

Es METASTELMA SCHLECHTENDALII var. SCHLECHTENDALII. Un acercamiento de dos flores del tamaño de un ojo de ratón aparece abajo:

Pasé un par de veranos dibujando flores de esta especie y de otras parecidas —docenas y docenas de plantas y dibujos. A primera vista, cada flor parecía igual a la anterior hasta que, al observarlas más de cerca, se revelaba que cada una tenía algo único, algo que la distinguía de todas las demás flores del mundo, y qué placer era sentarse día tras día a revelar esas curiosidades y características especiales a los demás.

Fueron veranos encantadores. Cada día, cuando me sumergía en la anatomía de cada nueva flor (siempre observándolas bajo un potente microscopio binocular), era como escuchar fugas de Bach —variaciones infinitas, elegantes y agradables sobre el tema de las asclepias.

La gente siempre pregunta cuando se encuentra con plantas tan poco conocidas como estás, “¿Para qué sirven?” La verdadera respuesta es que la pregunta parte de suposiciones erróneas sobre el mundo. Pero si realmente se exige una respuesta, podrías decir: “Son fugas del Creador. Si no sabes por qué el Creador compone tantas fugas, pregúntale a Ella.”

Este artículo es una adaptación del boletín Naturalist Newsletter de Jim Conrad. Jim es un naturalista con años de experiencia observando la ecología de la península de Yucatán y más allá. El siguiente artículo es una adaptación del boletín del 27 de octubre de 2008 escrito en Yokdzonot, a unos treinta minutos en autobús al oeste de Pisté, Yucatán, México. Puedes encontrar el artículo original en backyardnature.net

Todas las imágenes y textos del sitio backyardnature.net, a menos que se indique que fueron producidos por alguien que no sea Jim Conrad, son de dominio público y no tienen derechos de autor.

 

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