Una Navidad Brillante
¡Estamos soñando con una Navi-i-i-i-dad blaaanca! Pero aquí no se puede cantar esa canción. Nunca nieva en Yucatán, y en realidad son pocos los lugares en México donde cae nieve. Solo en la cima de algunos volcanes, pero la mayoría de nosotros no vivimos por allá.
Así que en lugar de una Navidad blanca, en México optamos por una Navidad llena de color. De hecho, esta temporada es perfecta para que los mexicanos den rienda suelta a su amor por todo lo brillante, ¡más brillante y brillantísimo! ¡Luces! ¡Colores fuertes! ¡Cosas que se mueven y hacen ruido! ¡Mientras más, mejor! Incluso la choza maya más sencilla suele tener una serie de luces navideñas rodeando el altar doméstico dedicado a la Virgen de Guadalupe. Y en las casas más elegantes, se pueden ver manadas de esos renos de malla metálica forrados con luces, moviendo lentamente la cabeza de un lado al otro al ritmo de la música.
La glorieta más grande (eso que para ustedes sería una rotonda) del Paseo de Montejo está rodeada de luces, con música a todo volumen saliendo de bocinas escondidas. Y por supuesto, está la Villa Navideña, al inicio del Paseo de Montejo. Ahí encontrarás un ÁRBOL de Navidad ENORME (falso, por supuesto... uno real no duraría ni dos días con este calor), decorado con esferas del tamaño de la cabeza del pequeño José, y esos fuegos artificiales de varita que están tan de moda últimamente en Latinoamérica. También hay varios sets de Santa muy chidos, con renos y regalos. Y claro, un nacimiento, con los Reyes Magos y los animalitos todos mirando hacia un pesebre vacío. El Niño Dios no se coloca hasta la Nochebuena.
¡Feliz Navidad!
