Justo Sierra O'Reilly, una novela histórica
Las Guerras de Justo de Francisco José Paoli Bolio (Edición Príncipe, Keh, 2011)
Esta es una autobiografía novelada, escrita en español, sobre un personaje fascinante que ha sido llamado el yucateco de los yucatecos: Justo Sierra O'Reilly.
Su estatua se encuentra en Mérida, en la glorieta donde las avenidas Colón y Pérez Ponce cruzan el Paseo de Montejo—dándole la espalda a la tienda Walmart (interpreta eso como gustes). Justo fue hijo ilegítimo de un sacerdote y su ama de llaves, una mujer hija de inmigrantes irlandeses. Por ello lleva el apellido materno, pero no el del padre. A pesar de este inicio poco prometedor, se casó con una hija de Santiago Méndez, quien fue dos veces gobernador de Yucatán.
Justo Sierra se convirtió en un actor importante de su tiempo y, según muchos, en el escritor más conocido de Yucatán. Fue una de esas personas que logran hacer mucho en una vida corta. Aunque su vida fue un éxito en muchos sentidos, su muerte, a los 47 años, fue trágica. Murió de lepra, igual que su padre. Cuando su enfermedad se volvió visible, se alejó de su familia y pasó sus últimos meses en el Convento de La Mejorada, un convento franciscano del siglo XVII que hoy ha sido restaurado y alberga la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Yucatán (FAUADY), en el lado oriente del Parque Mejorada.
La mayor parte de esta narración novelada es contada por el Justo imaginado por Paoli Bolio, escribiendo en primera persona desde su autoimpuesto aislamiento en el convento, dirigido a su amada esposa, Conchita. Escribe, como él mismo dice en la primera frase de la novela, “para poner en claro mi vida”. Lo que sigue es una historia de la península de Yucatán desde la época colonial hasta las primeras décadas del siglo XX, una historia que se vuelve íntima y detallada cuando es vivida por Justo durante los años centrales del siglo XIX. En esos años ocurrieron muchas cosas en Yucatán… La historia yucateca es fascinante. Justo fue un joven durante la guerra de independencia de España y estuvo profundamente involucrado, por medio de su suegro y de su profesión periodística, en la política de la época, tanto en los años previos como durante la destructiva Guerra de Castas que tuvo lugar en la península.
Algunos de los personajes históricos de esta obra ya eran familiares para quienes hayan leído el último libro que reseñé, Península, Península de Hernán Lara Zavala. Entre ellos están Santiago Méndez y Manuel Barbachano, los dos hombres que dominaron la política yucateca, amarga y divisiva, del siglo XIX. También aparece José Turrisa, quien en la novela de Zavala figura como personaje prominente y que en realidad era Justo Sierra O'Reilly, que usaba “José Turriza” como seudónimo.
En Las Guerras de Justo hay capítulos dedicados a la vida y pensamiento de los líderes mayas rebeldes Cecilio Chi y Jacinto Pat. Estos se alternan con los capítulos que continúan las memorias de Sierra O'Reilly. Especialmente interesante es el capítulo sobre el mestizo José María Barrera, creador de la cruz parlante y del último bastión rebelde maya en Chan Santa Cruz. Una vez más, tenemos en esta novela la historia contada a través de personajes históricos recreados con imaginación (y mucha investigación) por un autor contemporáneo y hábil.
Esta es una novela para alguien que se sienta cómodo leyendo en español y que sea aficionado a la fascinante historia de Yucatán. Pero hay que advertirlo: aquí hay más historia que narrativa. Es evidente que el autor investigó a fondo los eventos de la época y la vida de Justo Sierra O'Reilly. Como resultado, el libro a veces es más detallado de lo que podría desear un lector que busca sólo entretenimiento. Varios capítulos están dedicados a su misión en Washington D.C., emprendida a petición desesperada de su suegro, con el objetivo de lograr que los Estados Unidos ayudaran en la guerra contra los mayas. El padre de Justo buscaba el reconocimiento de la neutralidad de Yucatán en la guerra México–Estados Unidos, y deseaba que Yucatán se convirtiera en un territorio estadounidense (en efecto, otro estado de la unión). Afortunada o desafortunadamente, según se vea, la misión de Justo fracasó—y también lo hizo la rebelión maya. Las memorias presentan una visión crítica pero equilibrada, ni positiva ni negativa, sobre la política y los políticos estadounidenses de aquel tiempo.
¿Qué aprendí de esta novela? En primer lugar, comprendí mejor a un hombre que es único y claramente muy especial en la historia y el desarrollo cultural de Yucatán. La pregunta interesante es por qué este hombre fue y sigue siendo tan importante para la gente de Mérida y de Yucatán… tan importante como para que le dedicaran una estatua en lo que tal vez sea uno de los cruces más representativos de Mérida. Después de todo, fue un hijo ilegítimo, un escritor y un activista político ocasional. Fue enviado a Washington a ofrecer Yucatán como territorio estadounidense, algo que nunca ocurrió. Todo lo que parecía tener era el poder de su pluma y una estrecha relación con una figura política relevante. Encima de todo, murió joven y de una enfermedad considerada repulsiva. Entonces, ¿por qué tiene una estatua en uno de los lugares más visibles de Mérida? Si puedes responder a esa pregunta, tal vez hayas entendido algo esencial sobre lo que significa ser yucateco. O tal vez fue importante para quienes construyeron ese cruce en ese momento… lo cual también sería una nota curiosa en su historia.
La novela describe con cierto detalle la tumultuosa y a veces violenta política de Yucatán durante el siglo XIX y principios del XX. Gran parte del antagonismo que alimentaba esos conflictos fue hábilmente disuelto por el presidente Juárez, quien dividió la península en tres estados: Campeche para los campechanos, Yucatán para los meridanos y Quintana Roo para los mayas. También entendí mejor por qué el pueblo maya se rebeló de manera tan violenta. No solo fueron atacados, ocupados y oprimidos durante 300 años; eran un pueblo orgulloso, con una cultura larga y admirable, que fue despreciado, humillado, esclavizado y brutalmente maltratado por sus conquistadores europeos. En sus memorias, Justo concluye que la defensa maya de su tierra contra la invasión española nunca terminó. Para él, la llamada Guerra de Castas llevaba siglos en curso, aunque con distintos niveles de intensidad.
En los últimos años de su vida, Justo y su familia vivieron en una casa en la esquina de la Culebra (Calle 59 con 56), esquina que hoy está ocupada por negocios y edificios modernos. Su velorio se realizó ahí y está enterrado en el Panteón Civil de Mérida.
Con las advertencias mencionadas al inicio —que este libro es más histórico que narrativo—, puedo recomendar ampliamente Las Guerras de Justo a quien esté interesado en este tiempo fascinante, complejo, turbulento y peligroso de esta península yucateca que hoy, por suerte, es mucho más tranquila.
Comments
James Gunn 11 years ago
Thank you, JohnPaul. You must have an interesting tale to tell yourself, given the time you spent here in the Yucatan. Justo Sierra O'Reilly is a very fascinating subject for study. I'm in the process now of reading his two-volume novel called La Hija del Judio. It may be the best example of the novela de folletÃn in Mexico. It was published in installments in El Fénix de Campeche starting in 1848 under the pseudonym José Turrisa. The typical 19th century style is a bit ponderous, but this novel is well written.
The Yucatan has been a magnet for people from all over the world. Merida where I live, for example, is quite cosmopolitan. It's no surprise that there were Irish immigrants here in the 1800s.
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JohnPaul Lennon 11 years ago
Thanks to the author and to the reviewer
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JohnPaul Lennon 11 years ago
I came up this fascinating review today and am indebted to the author. I was a Catholic Missionary priest in Chetumal, Baclar and Felipe Carrillo Puerto in the '70s and '80s and had some contact with the local Maya. I am a great admirer of them and also have many Yucateco friends and not a few Lebanese.
I was writing about my stay in Felipe Carrillo Puerto and began some research through Wikipedia, etc. Being Irish by birth I was curious about "O'Reilly". i am grateful to James Dayton Gunn for his insightful, knowledgeable and witty review of the historical novel.
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